EL QUE SABE, SABE Y EL QUE NO, ES JEFE

25.10.2023

EL QUE, SABE, SABE Y EL QUE NO, ES JEFE

Es una antigua frase, renombrada, pero no por ello en desuso. Refleja una realidad vigente, la de los "jefes incompetentes"; realidad compleja, por cierto, dada las diversas aristas que presenta. No es solo una expresión más, enfocada a un rol, a un desempeño; vas más allá de lo individual porque habla de la organización toda, de su cultura, de sus valores y sobre todo de cómo se consideran a las personas.

Todos alguna vez hemos “sufrido” algún jefe, transformando (erróneamente) el padecimiento en una cuestión personal. Es que en el día a día el Jefe o mejor dicho el "mal jefe" parece estar ahí para saldar quién sabe que transgresiones cometidas por nuestros ancestros. Todo un fenómeno que hoy se reconoce de manera generalizada como uno de los causantes de renuncia o abandono del trabajo.

Sin embargo, aun contra las estadísticas y las voces de expertos, siguen allí; hostigando, maltratando, obstaculizando el aprendizaje, confundiendo, … Un despliegue variado de “virtudes” que se traducen en una diversidad de acciones que progresivamente van haciendo mella en la psiquis y en el cuerpo de los empleados.

¿Hasta cuándo podremos soportar tal situación? Esa es la pregunta que aflora a diario, ya que su ineptitud para relacionarse y respetar a las personas en muchas ocasiones va acompañada con su falta de conocimiento y habilidades para realizar el trabajo. ¡Terrorífico combo!!

El segundo interrogante que surge es ¿y cómo llego ahí?, se preguntan sus víctimas. Seguramente la respuesta es de público conocimiento, pero su blanqueo nos traería demasiados problemas. También podemos aventurarnos a hipotetizar sobre como son funcionales a algo, a alguien o al universo mismo. ¡¡Por algo están!! La conclusión nos satisface solo momentáneamente.

Tales personas suelen resistirse a la práctica de LIDERAZGO, concepto que profesan públicamente con agrado, pero que no practican en lo más mínimo. Resulta que el Liderazgo supone un importante cambio de actitud y para ello hay que estar dispuesto.

Para ir cerrando, cuando una empresa, una institución educativa o un organismo público sostiene este tipo de jefes (incompetentes) ¿Qué valores estaría resaltando como deseables?, ¿la incompetencia, el desánimo, el individualismo pueden ser constructivos? ¿Cómo motivamos a las personas en tales ambientes? ¿Cómo diseñamos un Plan de carrera en estos contextos? Todo un desafío.

Si tales valores y prácticas resultan crónica, se irán configurando como elementos de la cultura que, a modo de señales luminosas, nos irán indicando Que es relevante y que no, que podemos hacer y que no, que podemos aprender y que no. No se pregunten luego, porque las nuevas generaciones se van de la empresa. No están dispuestos a enajenar sus vidas en un clima de daño permanente

EL JEFE QUE NO SABE es el reflejo de una organización, muestra una faceta de la empresa, expresa la concepción que se tiene sobre las personas como recursos desechables más que como personas con talento y expone la deficiencia de ciertos procesos de gestión. Pero esa es otra discusión. –

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